Miguel Valencia-Contrera1; Flérida Rivera-Rojas1,2
DOI: 10.47626/1679-4435-2023-1108
El trabajo históricamente ha sido caracterizado por presentar brechas de género, desfavoreciendo la participación femenina en el desarrollo de las distintas áreas laborales; dentro de la amplia gama de fenómenos asociados, el presente manuscrito abordará dos de ellos: la segregación horizontal y la segregación vertical.
Cuando un mercado laboral tiende a presentar predominio de la imagen femenina en ciertas áreas y tipo de ocupaciones, el fenómeno es entendido como segregación horizontal, mientras que, cuando existe una escasa participación de mujeres en cargos directivos o en posiciones jerárquicamente mayores dentro de una estructura ocupacional, el fenómeno se denomina segregación vertical.
El Instituto Europeo de la Igualdad de Género (European Institute for Gender Equality, EIGE) desarrolló un índice para medir el progreso de esta materia en la Unión Europea, la cual proporciona información de aquellas áreas que necesitan mejorar. En su informe del año 2021. El EIGE expone un menguado aumento de solo 0,2 puntos en el índice desde el 2018, lo que señala un retroceso del progreso anual1. Asimismo, existe una puntuación baja y casi estática de 61,3 puntos en el subdominio de segregación y calidad en el año 2019, lo que se traduce en una fuerte segregación de género en el mercado laboral. Sumado a lo anterior, producto de la pandemia por COVID-19, se podría estancar o incluso deshacer los avances en materia de igualdad de género entre grupos.
En el año 20192, se publica un informe de la Organización Internacional del Trabajo y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), donde se dan a conocer las realidades de ocho países de Latinoamérica (Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Uruguay, México, Guatemala y Ecuador), a través del Índice de Disimilitud de Duncan (ID) y del Índice Karmel y MacLachlan (KM). El informe reveló que solo El Salvador y Colombia presentaron disminución entre el periodo analizado (2000-2015); sin embargo, también son los dos países que presentaron los valores más altos al comienzo del periodo analizado.
Bajo lo expuesto anteriormente, se puede afirmar que ha existido, que existe y al menos dentro de un futuro muy cercano seguirá existiendo segregación laboral por género. En dicho escenario, los presentes autores relevan la importancia de concentrar los esfuerzos para realizar estudios que den cuenta de dicha segregación, pues en la realidad latinoamericana escasean los estudios que dan cuenta de ello. Además, se insta a la comunidad científica a estudiar los efectos en la salud de la población trabajadora según género, considerando las inequidades históricamente presentes, así como valorar cada rol asociado al género dentro de la realidad de cada país, lo que tributará a la generación de políticas públicas más equitativas y programas de salud que se ajusten a la realidad de cada persona, cuya necesidad ha sido manifestada por la comunidad científica3.
REFERENCIAS
1. European Institute for Gender Equality (EIGE). Gender Equality Index 2021 Health. Vilna: EIGE; 2021 [citado en 23 oct. 2023]. Disponible en: https://eige.europa.eu/publications-resources/publications/gender-equality-index-2021-health
2. Espino A, De Los Santos D. La segregación horizontal de género en los mercados laborales de ocho países de América Latina: implicancias para las desigualdades de género. Ginebra: Organización Internacional del Trabajo; 2019 [citado en 23 oct. 2023]. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_715929.pdf
3. Giuzio G. La influencia de los roles de género en el perfil de riesgos de las mujeres en el ámbito laboral. Rev Fac Derecho. 2022:e2022nesp1a16.
Recebido em
1 de Outubro de 2022.
Aceito em
25 de Outubro de 2022.
Fuente de financiación: No
Conflictos de interés: No